domingo, 20 de noviembre de 2016

DISIDENCIA CREATIVA

Los levantamientos populares en mundo árabe han inspirado una amplia gama de expresiones creativas. Activistas, manifestantes y artistas acomodaron sus formas de creación artística para expresar su oposición a los gobiernos en ejercicio y a los miembros de la élite gobernante. Los métodos visuales e interpretativos aparecieron en la calle como una auténtica disidencia, donde se llevaron a cabo manifestaciones de protesta través de Internet dando alcance a una audiencia internacional ensimismada por todo lo que estaba ocurriendo. 

Muchas de las imágenes de tortura, violencia, ira, frustración, esperanza y euforia capturaron y alimentaron alegrías y temores de revoluciones, cuyos cursos futuros siguen siendo inciertos todavía hoy. Este medio artístico se traduce en una expresión activista: vídeos, fotografías, pintadas, imágenes digitales, consignas, música e incluso marionetas ayudaron a movilizar a las personas. Las imágenes son particularmente poderosas, ya que funcionan como un documental sobre los actores formulando pretensiones sobre verdad y autenticidad, mientras también ayuda a anclar su presencia en la comunidad y en la memoria colectiva dentro del espacio real y virtual.

La fotografía buscando la verdad

Las imágenes son utilizadas a menudo como dispositivos de comunicación para presentar mensajes politizados. Durante los levantamientos del mundo árabe los manifestantes crean imágenes. Activistas, manifestantes, artistas y otros individuos adoptaron estas formas expresivas de medios de comunicación, tanto en las calles como vía "on-line", incluyendo Facebook, Twitter y otras plataformas digitales.

En esta batalla en defensa de la verdad, la fotografía se convierte en una forma de artesanía como estética de lo real y, por tanto, forma legitima de lucha. Las imágenes capturadas por la fotografía instantánea sirvieron como prueba documental. El periodismo ciudadano se convierte en un acto de rebelión contra el Estado que pretendía eludir los límites impuestos a la libre expresión. La gente común superó la censura mediante la creación de sus propias formas de conocimiento: actuaron como productores y distribuidores de imágenes que desencadenaron respuestas emocionales, que a su vez impulsaron la acción pública.
Elshamy, 23 de abril de 2013

 Fotografía de Elshamy capturada en el levantamiento de 2011 contra el presidente Hosni Mubarak
Tomada de 
http://www.oliviacschneider.com/

Los muros comparten historias 

Desde las revueltas, los manifestantes, activistas y artistas han tomado la calle como una forma de resistencia. Allí, las paredes son las más adecuadas para la creación de graffitis. Como lienzos en blanco, que están continuamente marcados por trazos de pincel y pintura en aerosol: es escritura, es dibujo que permanece y se expande.

El arte público, de la calle,  se ha disparado en todo el mundo árabe como una forma de afirmar la presencia y la recuperación de energía para inducir el cambio social. Por lo tanto los murales incitan a la acción, recuerdan el pasado y prevén el futuro. 

Este camino va hacia la libertad, mural de Zoo Project, Túnez, Túnez, marzo-abril de 2011. Fotografía cedida por Elissa Jobson.

El surgimiento del puño revolucionario, mural de Zoo Project, Túnez. Marzo - abril 2011. Fotografía de Elissa Jobson

Nefertiti con una máscara de gas, cartel de El Zeft, la plaza Tahrir, El Cairo, Egipto, febrero de 2012. Fotografía de Nama Jalil, junio de 2013.


El desacuerdo de realizar

La expresión vocal "¡Fuera!" (إرحل Irhal)se ha repetido con vigor y determinación en todo el mundo árabe.


¡Irhal! ¡Vete!, Sana`a, Yemen. Marzo 2011. Fotografía Abdulrahman Jaber


Abordando estas cuestiones, otra expresión artística: la música también ha sabido abordar aspectos políticas y sociales. En muchos países del mundo árabe, las canciones contienen mensajes de oposición, como acto de rebelión teniendo graves consecuencias: por ejemplo, El General, un rapero tunecino, fue detenido e interrogado después de lanzar dos canciones en contra del gobierno, mientras que el cantante sirio Ibrahim Kashoush fue encontrado muerto.



Una de las primeras canciones producidas durante los levantamientos de Egipto, que se convirtió en un himno de la revolución, es el  "Sonido de la libertad" (صوت الحريه Sout Al-Horeya). Subido a YouTube y visto por más de dos millones de espectadores, el vídeo de la música popular incluye escenas filmadas en la plaza Tahrir. Captura las ansiedades que sintieron en ese momento dejando al espectador la sensación de inmenso optimismo. Lo más importante es que invita a la gente a cantar, declarando: "en todas las calles de mi país, la voz de la libertad está llamando."




Revolución 

Los levantamientos del mundo árabe siguen siendo un asunto pendiente. Los manifestantes se siguen movilizando, los actores políticos siguen compitiendo por el poder, y la violencia no ha disminuido. Decenas de muertos y oleadas de refugiados han vuelto a Siria en una crisis humanitaria de proporciones incalculables, mientras que el 2013 egipcio "golpe-revolución" no ha conseguido ninguna señal para un gobierno civil. En muchos países que han sido testigos de la "primavera árabe", los levantamientos aún tienen que dar sus frutos. En cambio, las batallas se han relanzado y aparecen más feroces que nunca.

Con cada nueva lucha en el mundo árabe, las nuevas formas de resistencia creativa florecen. Entre las muchas formas de arte, las imágenes son aprovechadas constantemente para educar y reivindicar. Lo más importante es que motiva y da esperanza en el rostro de dolor y pérdida. En el medio de todo esto, la esperanza sin duda da a los humanos la unidad y la energía para seguir adelante. La esperanza es el combustible que impulsa la expresión creativa.


Super Mursi, Tahrir Square. El Cairo, junio 2013. Fotografía de Nama Khalil


lunes, 21 de marzo de 2016

UN MIRLO NEGRO EN LA CORTE DEL EMIR ABDERRAMÁN

Se trata de un personaje que influyó en el desarrollo de la música europea, a partir del siglo IX, y que dio forma a los usos y costumbres protocolarios en la corte del emir Abū l-Muţarraf `Abd ar-Rahmān ibn al-Hakam (en árabeأبو المطرف عبد الرحمن بن الحكم), más conocido como `Abd al-Rahmán II, emir de al-Andalus.


Miniatura árabe



El período más floreciente en la música árabe se produjo con la llegada de los abbasíes al poder en el año 750. Bagdad pasó a ser el centro de todas las artes. La música fue protegida y mimada por los califas, algunos de ellos poetas y compositores. Esta época fue considerada como la Edad de Oro de la música árabe. En Iraq nació una dinastía de filósofos liderada por Al-Kindi (s. IX), quien aplicaría las teorías neo-platónicas de la Armonía Universal al laúd, considerado como el "sultán” de los instrumentos. Entre los músicos destacaron el laudista Al-Mawsuli y su hijo Ishaq. 

En Bagdad surgió entonces la “nawba”,نوبة, o nuba, suite clásica oriental, que posteriormente se desarrollaría en Al-Andalus, nūba andalusī  (نوبة أندلسيّة). Durante este período apareció una figura clave en la historia de la música: Abu l-Hasan Ali ibn Nafi`         ( أبو الحسن علي ابن نافع), conocido como Ziryab (زرياب, «mirlo negro») debido a su tez oscura y hermosa voz. Fue un poeta, gastrónomo, músico y cantante; de posible origen kurdo, aunque según otras fuentes era un liberto de ascendencia negra (Irak, 789 - Córdoba, c. 857). Fue famoso por las costumbres refinadas orientales que introdujo en la corte cordobesa. Sus cualidades provocaron las envidias de su maestro Al-Mawsuli, de ahí que decidiera emigrar a otras tierras donde encontraría la protección adecuada para su arte. En su huida de Bagdad se refugió primero en Kairawán (Túnez), siendo más tarde invitado por Al-Hakam I a residir en su corte en Córdoba. Su llegada a esta ciudad en el año 822 se produjo con la subida al trono de Abderramán II, emir protector de las artes y el primero de Al-Andalus en fundar un conservatorio de música.

Ziryab destacó como auténtico mecenas en su corte, siendo considerado como el fundador de la escuela musical andalusí. Era un auténtico polígrafo: poeta, literato, astrónomo, geógrafo y un refinado esteta, pero ante todo fue un gran músico. Se dice que se sabía de memoria las letras y melodías de diez mil canciones. Aquí encontró una tierra donde desarrollar su ingenio, el lugar adecuado para seguir la tradición oriental, al mismo tiempo que pudo desarrollar su espíritu creador y renovador, inventando nuevas formas musicales. 

Amparo Vico nos narra la historia de  Abu Al-hasan Ali ibn Nafi Ziryab en el programa de TVE,  Islam hoy de 29 de mayo de 2009

Parte de su legado:






Él mismo fabricó sus propios instrumentos, los dio a conocer y los mejoró con sus propias innovaciones. La laminilla de madera que se empleaba como plectro en el “`ud” (laúd), instrumento árabe por excelencia, la sustituyó por la pluma de águila, con lo que produjo un sonido más agradable. También le inventó una quinta cuerda, situándola entre la segunda y la tercera.

Teoría de los Humores


Hipócrates desarrolló la forma de distinguir los Cuatro Humores, teoría que pocos años después se vio reforzada por Platón (427-347 a.C.) y Aristóteles (384-322 a.C.), así como también por algunos de sus discípulos de la Escuela Peripatética, puesto que esa teoría se identificaba plenamente con la filosofía, de ahí que se formara la idea de que los hombres tenían que estar perfectamente equilibrados con el fin de evitar todo tipo de enfermedades tanto del cuerpo como del espíritu, así como la estrecha relación que había con los cuatro elementos: el fuego, el aire, el agua y la tierra además de algunas cualidades como caliente, frío, húmedo y seco, elementos junto con cualidades a las que no se hizo referencia expresa hasta los tiempos de Aristóteles en que aparecen muy claramente especificadas en la “Cosmología” de Empédocles.  





El laud, reflejaba la teoría clásica de los humores en cada una de las cuatro cuerdas. Ziryab lo que hizo, al introducir la quinta cuerda, fue añadir la vena flemática: la cuerda del sentimiento.  

Sus enseñanzas fueron las auténticas transmisoras de la música y los instrumentos andalusíes al resto de la península ibérica y Europa. Fundó en Córdoba las primeras escuelas de canto, que reunirían a artistas procedentes de muy diversos lugares de Oriente y Occidente, estableciendo al mismo tiempo nuevos métodos para su enseñanza.